LA UNIÓN, COLOMBIA— Pensaban que era su avión de la suerte, pero la aeronave que llevaba al equipo brasileño Chapecoense a jugar el partido más importante de su historia se estrelló cerca de Medellín: 71 pasajeros murieron y seis quedaron heridos.
En su último reporte, las autoridades colombianas redujeron el número de fallecidos de 75 a 71 tras confirmar que cuatro personas no abordaron de última hora.
Las cajas negras están “en perfecto estado”, aseguró la Aeronáutica Civil, y los cuerpos no sufrieron erosiones graves, por lo que su identificación debería ser sencilla, auguró Carlos Valdez, director del Instituto de Medicina Legal de Colombia.
No era la primera vez que los deportistas volaban en ese avión. El director atlético, Mauro Stumpf dijo a una cadena de Bolivia —país de donde procedía el vuelo_, que tras su última victoria lo consideraban un amuleto. Después de viajar en él lograron clasificar a la final de la Copa Sudamericana, el segundo torneo más importante de la región que disputarían el miércoles con el Atlético Nacional de Medellín.
Sin embargo, a unos cinco minutos de aterrizar en la ciudad colombiana, el British Aerospace 146 —un avión creado para para trayectos cortos— se estrelló. Eran las 10 de la noche del lunes (0300 GMT) y las autoridades de aviación dijeron que el vehículo, operado por la aerolínea boliviana LaMia, había sufrido un fallo eléctrico.
“Lo que iba ser una fiesta terminó siendo una tragedia”, dijo el alcalde de Medellín Federico Gutiérrez.
El avión quedó destrozado. En la zona montañosa, en el municipio de La Unión, unos 50 km al sur de Medellín, sólo se podía acceder a pie. Tras el accidente, los heridos fueron trasladados a clínicas cercanas, pero la lluvia y el mal clima obligaron a los rescatistas a suspender la búsqueda hasta el amanecer.
El trabajo se dio por terminado a las tres de la tarde (20H00 GMT) del martes, cuando los 71 cuerpos habían sido recuperados y puestos a disposición de medicina legal para su identificación. Valdez dijo a The Associated Press que 45 expertos forenses iniciaron la identificación de los cadáveres, pero no indicó cuándo los entregarían para su repatriación. Entre las víctimas hay una veintena de periodistas. Sólo uno de ellos sobrevivió.
En honor a las víctimas, el equipo local pidió a la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) que otorgue el trofeo al Chapecoense, equipo que nunca había conquistado un título de esta importancia. Brasil declaró tres días de luto oficial.
El más delicado de los supervivientes es Alan Luciano Ruschel, que está en terapia intensiva tras haber sido sometido a cirugías por la fractura de una vértebra dorsal. Está aún pendiente una intervención neurológica, informó el director de la clínica donde se encuentra.
Helio Hermito Zampier, también jugador, está estable pero con un severo trauma de cráneo y otros impactos en abdomen y tórax. Jakson Follmann, portero del equipo, perdió una pierna tras una amputación y permanece estable en terapia intensiva.
El periodista Rafael Valmorbida y los tripulantes bolivianos Ximena Suárez y Erwin Tumiri están fuera de peligro, según los médicos.
Los cuatro pasajeros que no abordaron el avión a última hora fueron identificados por las autoridades colombianas como Plinio de Nes Filho, Luciano Buligon, Gelson Luiz Merísio e Ivan Carlos Agnoletto.
El accidente aéreo, el peor en Colombia en décadas, conmocionó al mundo del fútbol y Brasil declaró tres días de luto oficial. La CONMEBOL ofreció sus condolencias a toda la comunidad de Chapeco y dijo que su presidente, Alejandro Domínguez, viajó a Medellín. Todas las actividades relacionadas con el deporte fueron suspendidas hasta nuevo aviso.
Por su parte, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, dijo en un comunicado que “éste es un día muy, muy triste para el fútbol. En este momento difícil pensamos en las víctimas, sus familias y amigos”. AP