Por Gilberto Kantún
“Como gobernador cumpliré todos los compromisos y retos que me impuse; el próximo gobernador de Campeche tendrá los suyos, pero los míos los voy a cumplir”, aseguró Alejandro Moreno, al presentar siete nuevas magnas obras que seguirán cambiando el rostro de la entidad.
Alejandro Moreno llegó con gran ánimo y optimismo a su segundo informe de gobierno. Desde la mañana salió con ese carácter de su casa, sonriendo al día. Por la noche había realizado una última revisión a su escrito y al lugar donde daría su anuncio a los campechanos.
A la puerta de su hogar lo despidió su esposa Christelle con el pequeño Sebastián en brazos. Iba a su primer compromiso de la jornada, en el Congreso del Estado, para entregar a los diputados el escrito de su segundo informe. Antes se dio tiempo para realizar una vuelta por el malecón, a modo de relax. Una costumbre de mucho tiempo.
En el aeropuerto de la ciudad comenzaron a llegar los invitados. En el Centro de Convenciones se daban los últimos arreglos y las televisoras locales probaban luces y encuadres.
El informe se realizó bajo la amenaza de “Franlkin”, que obligó a colocar a Protección Civil las banderas amarillas de alerta de tormenta, aunque durante todo el lapso del evento el sol se lució con el calor. Fue hasta pasadas las cinco de la tarde que se soltó una lluvia con viento.
Las puertas del Centro de Convenciones se abrieron a las 10:00 horas. Los exgobernadores Abelardo Carrillo y Salomón Azar fueron de los primeros en llegar y se tomaron varias fotos. El hijo mayor del gobernador, Alejandro, entró 20 minutos antes de las 11:00 horas, junto con su tío Gabriel. Carlos Collí, el nuevo edil de Escárcega, también fue de los primeros en llegar. Las edecanes estaban prestas para atender a los invitados.
Todo estaba listo para el evento. Un escenario con el atril en medio, los telepronters a los lados, un gran número “2” a la derecha, con los colores verde, blanco y rojo. Catorce líneas curvas rojas salían del centro del escenario hacia el techo, formando una “U”. Se estableció un fondo metálico con el nombre del evento y por encima una gran pantalla. En las paredes del recinto se colocaron murales con fotos de campechanos en diversas actividades tradicionales.
Afuera se instaló una gran pantalla para que los campechanos presenciaran el evento. En el lobby se desplegaron los stands de las televisoras para conducir este. La gente llegó alegre al foro. Los “polacos” arribaron como jaibas para ver y dejarse ver. Los abrazos se sucedieron, hasta entre los que tienen cierto roce, porque es tiempo de sumar con miras a las aspiraciones que todos tienen.
Al menos cinco mil invitados en esta ceremonia. El recinto fue dividido en dos secciones: la roja y la verde. Por allá, hasta adelante, andaba Chalo Brito, el secretario de Protección Civil, con un gran ánimo, echando por tierra los rumores de una funesta enfermedad.
En la explanada del Centro de Convenciones se instaló otro enorme “2”, una carpa gris para los que no pudieron ingresar y arcos detectores para el acceso al evento. En las escalinatas retumbaron los tambores y clarines de la monumental banda de guerra, con sus uniformes en rojo y negro.
Miguel Ángel Mancera, jefe del Gobierno de la Ciudad de México, causó expectación con su arribo. Fue escoltado por los perredistas, encabezados por su líder estatal William Mena, y la secretaría de Finanzas, América Azar, su anfitriona. Los periodistas lo siguieron por todo su recorrido, dando entrevista tras entrevista. Resaltó que se está trabajando bien, “desde que establecimos una coordinación con el gobernador de Campeche”. Mucha gente se acercó a saludarlo. Se tomó fotos con él. Fue el rockstar del evento.
A las 11:35 arribó el gobernador. Pasó por en medio de los secciones de sillas, saludando a todos, recibió palmadas en las espaldas, abrazos, apretones de manos. Su esposa Christelle Castañón de Moreno ya lo esperaba al frente. A su lado estaban Enrique Ochoa Reza y Enrique de la Madrid, representante de EPN. Junto a ellos, Mancera.
El acto principió con los honores a la bandera. Luego el Himno Mexicano. Alejandro Moreno se sentó al lado de su esposa, que cargaba en el regazo a Rafita y el hermano mayor, Alejandro, cargaba al hermanito, Sebastián. Toda la familia reunida.
Se proyectó un video para que a las 11:55 horas subiera al escenario Moreno Cárdenas. Antes pidió un beso a Rafita y le dio uno a su esposa, como amuleto de buena suerte. Alito saltó al escenario, animoso, con guayabera blanca y el escudo de Campeche bordado en el pecho izquierdo, pantalón y zapatos negros.
Una hora con 25 minutos habló el mandatario estatal. Fue interrumpido 50 veces por los aplausos. Resaltó los 17 mil 500 millones de pesos de presupuesto estatal y que “como Estado ya tenemos voz y voto en las grandes decisiones del país”. Agradeció al presidente Enrique Peña Nieto, “el que más ha apoyado a Campeche”, por todo el respaldo a los campechanos, recibiendo el primer aplauso del día. El segundo fue para José Antonio Meade, secretario de Hacienda, a quien le envió un agradecimiento. Para Luis Alberto Miranda, de SEDESOL, el tercero.
A las 12:51 horas Alejandro Moreno hizo una pausa para pasar los “renders” y videos de las obras actualmente en construcción. Las que anunció el año pasado y estaban programadas para hacerse durante toda su administración, pero ya están en marcha con 750 millones de pesos de financiamiento estatal.
A las 13:02 horas reinició su mensaje y resaltó que el Puente de la Unidad, que cuesta más de mil 500 millones de pesos, será el más moderno y su construcción no compromete las finanzas del Estado, porque es autofinanciable totalmente.
Le mandó un beso a sus tres hijos: “Los adoro y los quiero mucho”. A su esposa Christelle le comentó, acodado en el podio: “Gracias por todo el sacrificio que haces, por haber adoptado a los campechanos, muchas gracias Cris, te quiero mucho, eres el amor de mi vida, reconozco tu dedicación y apoyo”.
Para sorpresa de los campechanos dio a conocer una nueva lista de grandes obras, “cuyos recursos ya están listos y que iniciaremos en los próximos meses. Obras que gestionamos tocando puertas, con el respaldo del presidente Peña Nieto”. A las 13:17 horas anunció las siete.
Las nuevas obras
Modernización de la carretera Costera del Golfo Campeche-Mérida, que costará 170 millones de pesos; la Ciudad de la Mujer: 80 millones de pesos. El Museo de Champotón: 15 millones de pesos. La nueva Concha Acústica; el paso elevado de la avenida Central y avenida Colosio. La carretera Campeche-Edzná: 300 millones de pesos. El malecón Nelson Barrera, de Ciudad del Carmen. El libramiento de Ciudad del Carmen, de 6.2 kilómetros: mil 880 millones.
-Este es lo que muchos ponen de ejemplo; que nadie dude y lo digo con orgullo: los campechanos somos la familia más grande de éxito del país. Si pensamos bien lo que decimos, encontremos más coincidencias que desacuerdos, para construir el mejor Campeche de todos los tiempos. Hoy le digo a todos los incrédulos: que se vayan acostumbrando a que nuestro Estado suene en todos los lugares como nunca antes habían sonado. Es tiempo de crecer, conservando la estabilidad política y financiera.
El gobernador dijo que no hay otro camino que el del trabajo: “Ningún día me he ido a dormir sin conseguir algo”. Alito recibió el mayor aplauso cuando dijo que luchará “por ese mejor futuro que necesitamos los más de un millón de campechanos”.
A las 13:30 horas terminó su mensaje, emocionado, con el puño en alto, gritando tres veces que “Viva Campeche”. Saludó desde arriba y el público le aplaudió de pie. Brincó a su lugar. Recibió un beso de su esposa. Los abrazos de los más cercanos. El fuerte apretón de Abelardo Carrillo que le dijo: “Todo excelente, gobernador”.
Se cantó el Himno Campechano y a las 13:33 horas se agradeció la presencia de todos. El público se retiró con música campechana. El gobernador con su familia, optimista, de buen ánimo. Recibiendo el saludo de su gente. Pensando en las próximas gestiones en favor de su pueblo.