Ya lo habíamos señalado y los hechos recientes nos han dado la razón: en las elecciones del 1 de julio elegiremos al menos malo. No se ve por dónde, las ofertas son las mismas de décadas y los avances, exagerados de lentos. Seguimos viendo que otros países, que enfrentaron crisis severas y hasta guerras, son hoy potencias económicas. En nuestro bello México seguimos viendo pasar, viendo progresar a otros.
¿Cómo creer que ahora sí, por enésima ocasión, van a cumplir lo que ofrecen, en el consabido de que ofrecer no empobrece, el dar es lo que aniquila?
En el afán de acceder al poder, que es el fin único que se ve, los candidatos se están valiendo de todo y dándole cabida a quienes se les atraviesan en el camino, tengan el antecedente que tenga, “haiga sido como haiga sido”, generando malestar e inconformidad, tanto al interior de las alianzas, como al exterior de las mismas.
Los tres punteros, sin excepción, están dando de qué hablar. Ofrecen más de lo mismo, con cambio de palabras, frases y conceptos. Ofrecen acabar con la impunidad, como lo han hecho sus antecesores y nada; con la corrupción, y entre sus colaboradores hay varios identificados con estas prácticas, además de que en esta semana nos desayunamos con que esta ha ido en aumento en el país y sigue avanzando lugares para mal; con la pobreza, aunque las acciones del gobierno actual la contradicen: fracasó, por citar un ejemplo, el programa contra el hambre, en el que se invirtieron miles de millones de pesos, según reveló la Auditoría Superior de la Federación.
Como no convencen del todo, no les ha resultado casi nada hasta ahora. Se han centrado más en los dimes y diretes, en la guerra sucia que, dicho sea de paso, suele llamar más la atención a la ciudadanía, para bajar a quien va arriba, para ascender peldaños. Hasta ahorita el único que ha resultado beneficiado es Ricardo Anaya, el candidato del PAN.
Se veía venir, como parte de la cuenta regresiva al día “d”. Esto apenas está empezando: si bien parte es más guerra sucia, parte también no es obra de la ficción, solo deseos de bajar al contrincante, al adversario; son hechos, son reales.
López Obrador
Andrés Manuel López Obrador, candidato de la alianza Morena-PT-PES, quien va a la cabeza, ha cometido una serie de yerros que le han restado simpatizantes y le pueden restar votos.
Incluyó en la lista de los candidatos a cargos de elección popular a gente como Napoleón Gómez Urrutia, mejor conocido como Napito, quien heredó de su padre la dirigencia de los mineros y se hizo de los recursos del Sindicato y contra quien pesan varias órdenes de aprehensión. Esa es la versión más conocidas por todos, incluida que la interpool ordenó su captura, que hasta hoy no se hace. La otra versión es que su delito fue enfrentarse a un empresario minero poderosísimo, a quien obligó a pagar buenos salarios a los trabajadores, esos sí, internacionales. Fichó, así como en el fútbol, a Nestora Salgado, acusada de secuestro; a Cuauhtémoc Blanco, famoso como futbolista y ahora como político, por presuntamente recibir un pago de millones de pesos para ser candidato a presidente municipal de Cuernavaca, entre otros que le está acarreando negativos.
Agréguele la relación que recién estableció con la exdirigente nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo, quien hasta el gobierno de Felipe Calderón controló la Secretaría de Educación Pública, el ISSSTE y el Partido Nueva Alianza. Hoy, privada de su libertad en su domicilio, moribunda y después de cinco años de estar en la cárcel, el Gobierno Federal la considera un riesgo para la estabilidad política del país.
El tabasqueño está agarrando todo y de todos, porque está plenamente consciente de que la tercera no solo es la vencida, se trata de la última oportunidad que tiene para ser presidente de la República.
Ricardo Anaya
No es el joven maravilla que proyectó al inicio de su carrera y los escándalos recientes lo han desnudado, que tienen que ver con una fortuna millonaria oculta en su declaración 3de3 y con el lavado de dinero en la compra-venta de bienes muebles e inmuebles. Sin embargo, es quien más ha avanzado, tiene buen debate y no se amedrenta ante los embates. El da la cara, no requiere de voceros y responde a todo cuestionamiento de sus adversarios.
Aunado a lo anterior, panistas lo acusan de que en las listas de candidatos a senadores y diputados la mayoría son sus amigos y amenazan con emigrar a otros partidos.
Falta ver si las recientes acusaciones le pegan en negativo o lo hacen víctima.
Las primeras encuestas lo situaba en la tercera posición, hasta se llegó a decir que la contienda por la silla presidencial se centraría solo en dos: José Meade y Andrés Manuel López Obrador. Hoy en día es quien más ha crecido (según los mismos encuestadores), consolidándose en el segundo lugar, cuando no han iniciado, oficialmente, las campañas.
Según los analistas y quienes de política saben, su candidatura se puede fortalecer con todo y las acusaciones en contra; con todo y que en el último asunto en el que fue involucrado, de lavado de dinero, la PGR ha actuado de inmediato, a grado tal que ha pedido la detención de su socio.
Es mucha la celeridad, cuando no han procedido igual con el caso Odebrecht, la “estafa maestra” o más reciente, al desvío multimillonario sacado a la luz pública por la Auditoría Superior de la Federación.
José Antonio Meade
El candidato de la alianza PRI-PVEM-PANAL va avanzando, no con la ligereza que se esperaba, porque suponemos pese a ser una persona muy bien preparada, no lo hizo para ser candidato, ni político.
Sus cartas de presentación y antecedentes son buenos, hasta excelentes.
En la precampaña se rodeó de gente que solo sabe confrontar, que no sabe de política, de negociar, que además cuando estuvo del otro lado, insultó cada que quería a quienes hoy son sus aliados. Gente menos identificada con el Revolucionario Institucional, más con Acción Nacional.
Por citar un ejemplo: Javier Lozano. Como panista insultó hasta el cansancio a los priistas, quienes, como es de suponerse, lo mastican, pero no lo tragan. O de Nuño, a quien gran parte del magisterio le tiene puesta la etiqueta de enemigo.
Sabe que los resultados no fueron los esperados, ni los deseados. Por eso ya nombró a sus “refuerzos”, políticos que le van a ayudar a abrir puertas hoy cerradas y allegar gente, hoy relegada, que tiene contacto ciudadano, líderes naturales con poder de convencimiento. Le urge, lo saben, sumar y sumar. En Campeche coordina su campaña un político en toda la extensión de la palabra, exdirigente estatal del PRI y expresidente de la Gran Comisión del Congreso del Estado, Ramón Santini Pech.
De Meade su sola imagen da confianza, se le ve bonachon y un tipo que maneja con sobrada solvencia muchos temas, pero…
A su paso por los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto si bien demostró ser buen servidor público, también es cierto que como estos tres sexenios estuvieron y están (el actual no canta mal los corridos) plagados de corrupción, impunidad y de un crecimiento desmedido de la violencia, no dejan de relacionarlo, de medirlo con la misma vara.
Las recientes revelaciones de la Auditoría Superior de la Federación, que halló un mega desvío de casi siete mil millones de pesos en la Secretaría de Desarrollo Social (de la que fue secretario con la salida de Rosario Robles), SEDATU, Liconsa e ISSSTE, por citar algunos, como se le vea, le pega. Nadie se explica cómo es que el Gobierno Federal, en particular la Secretaría de Hacienda, emprendió una cruzada desde el inicio de este sexenio en contra de las empresas que venden facturas y de las empresas fantasmas que facturan, cuando sus propias dependencias incurren en esa práctica ilícita, como la SEDESOL.
Está corrigiendo el rumbo, lo cual le va a beneficiar.
En el inter
Terminaron las precampañas, estamos en las absurdas intercampañas, que les van a servir a todos para corregir el rumbo, estrategias y tácticas de la campaña que viene y viene intensa, sobre todo en cuanto a guerra sucia se refiere.
¿A quién irle?
Preguntas
¿En qué preparatoria “regalaron” computadoras a los alumnos, se las pidieron horas después para programarlas y hasta hoy no se las regresan?
¿Las habrán perdido?
Desde Siempre
No es por nada, no vayan a creer que es criticar por criticar.
En serio que es lamentable que hasta esta semana el dirigente del Consejo Coordinador Empresarial, Gustavo Rodríguez, se haya dado cuenta que Petróleos Mexicanos está en deuda con Campeche y solo le ha dado migajas a partir de que se halló el crudo en la Sonda.
Es penosa la desinformación de la cúpula empresarial local, como que después de más de tres décadas no se les haya ocurrido, más que declaraciones, para inconformarse, para manifestar su malestar por la “limosna” que se le ha dado a nuestro Estado por la hoy empresa productiva y para acabarla de fregar, se ha hecho mal uso de la misma, dándole un destino distinto.
Los lamentos no conducen a nada.
Limpiar el nombre
El descubrimiento de la llamada “estafa maestra”, que involucra a universidades del país, dejó ricos a muchos, magos que desaparecieron miles de millones de pesos, porque del destino del dinero no se sabe.
Lo que sí, es que pasaron por las universidades y en otras utilizaron los nombres. Unas vieron los recursos, otros no los vieron pasar, o vieron lo mínimo.
La Universidad Tecnológica de Campeche (UTCAM), establecida en la Península de Atasta, fue mencionada en este asunto.
Hay que decirlo, hasta antes del Ing. Manuel Cordero Rivera el nombre de la misma tenía que ver con buenas noticias, con el prestigio ganado a nivel nacional e internacional; incluso abrieron una oficina en Estados Unidos.
En el asunto conocido como la “estafa maestra”, señala la ASF que se le otorgó por la SEDATU un contrato por más de 300 millones de pesos.
Lo interesante es saber qué tipo de trabajo le encargó la SEDATU, porque en su observación la Auditoría señala que la Universidad no tiene la capacidad técnica ni humana para llevar a cabo el trabajo que se le asignó de manera directa. Entonces, al parecer solo se utilizó el nombre de la institución para desviar el recurso.
Ojalá se aclare este caso y limpien el nombre de la UTCAM; en caso de que haya alguien involucrado, pues que se le sancione conforme a la ley.