cdmx— Las acusaciones por presunto lavado de dinero en contra del candidato de la coalición “Por México al Frente” a la Presidencia de la República, Ricardo Anaya Cortés, han comenzado a desplomar su campaña presidencial.
El pasado 20 de febrero los empresarios Alberto “N” y Daniel “N” reconocieron ante la Procuraduría General de la República (PGR) que fueron contratados por el empresario queretano Manuel Barreiro, íntimo de Anaya y su familia, para simular una serie de operaciones financieras, las cuales tenían como objetivo enriquecer a Anaya sin dejar rastros.
Pese a que a que ha declarado su compromiso para combatir la corrupción, entre 2016 y 2017, el candidato presidencial del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano echó mano de todo un entramado para triangular dinero en países como Canadá y Reino Unido.
Asimismo hizo uso de paraísos financieros y creó empresas fantasmas. Con estas operaciones, Ricardo Anaya se vio beneficiado con hasta 54 millones de pesos obtenidos al margen de la ley.
Los lavadores de dinero confesos, quienes están sujetos a proceso, explicaron que como parte de la estrategia para enriquecer al aspirante presidencial, Manuel Barreiro les informó que iba a fondear una empresa que quería hacer un negocio, financiando la compra de una nave industrial, inmueble que pertenecía al suegro de Ricardo Anaya.
La PGR abrió un expediente para analizar las presuntas operaciones financieras de Anaya. De acuerdo con expertos en material legal, serían varios delitos los que podría haber cometido el aspirante presidencial, entre ellos lavado de dinero, enriquecimiento ilícito y delincuencia organizada.
Anaya Cortés ha declarado conocer poco al presunto lavador, aunque diversas fuentes han acreditado la cercanía y amistad entre las familias de Anaya y Barreiro, ambas pertenecientes a la élite queretana. I MMM