Se afirma que si los jóvenes se atreven a protestar, es que la educación no funciona; en ese pesimismo que no toleramos del todo, pero que insiste en fincarnos cicatrices más allá de las cinco décadas.
Y es que si le damos una revisada ligera a los principales encabezados de los diarios nacionales y estatales, hay en el ambiente un raro sabor con olor a cinismo por parte de actores políticos que deciden por nosotros.
No es únicamente Ricardo Anaya en el PAN nacional; sea lo que fuere, juego amigo, el priismo o el porrismo de AMLO, o hasta las fuerzas discordantes que lo atajan con tal de no dejarlo jugar la candidatura de su partido.
Lo que no es posible es mirar en ese maravilloso escaparate de realidades simplistas, obsesionarse por darle minutos que valen cientos de miles de pesos, en cadena nacional, a un señor para que justifique una fortuna habida de una herencia familiar.
No es el panismo el clarividente que ve lo que muchos no aceptamos. De tanto repetir que ganarán las elecciones del 2018, puede caerles la maldición del azul, como un color que no solo distingue a un equipo de la patada, sino ahora a un vino español.
Seamos serios en el análisis de la política doméstica, tan dada en fechas recientes a adelantar las confrontaciones, el desgaste natural de los que puntean, y no solo eso, sino además no considerar que somos los votantes que no hemos sido parte de las encuestas truqueadas, los que debemos sumar los votos para un ganador.
Un modelo que se copia, de Argentina, y ahora de los Estados Unidos. La esposa del expresidente se lanza a la Presidencia, solo por el poder político y todo aquello que lo rodea; lujos, gastos al por mayor, y cero resultados para las mayorías; esas, que se quemen en un casino, se calcinen en una guardería o sean acribilladas en el fuego de un enfrentamiento.Esa es la cruenta realidad, no hay otra.
Y es que después de un almuerzo donde prevaleció la discordancia de opinión, entre quienes pensamos diferente, afortunadamente, tendremos un escenario muy distinto al que nos dibujan cada día, inyectándonos poco a poco cianuro político para no morir de realidad.
Los jóvenes son los seres humanos con mayor capacidad de análisis, de síntesis, con inteligencias de los nuevos tiempos, apoyados en las tecnologías de la información, con más libertades que en el pasado reciente, y eso no se lo debemos a nadie, es producto de acotar los excesos.
Medidas económicas de austeridad hemos solventado como sociedad una y otra vez. Desde el sismo de 1985 en la Ciudad de México se planteó una gran movilización de burocracia hacia estados de poca densidad de población, con todo pagado, pero el proyecto, al no plantearse bien, naufragó.
Se cobraron cientos de miles de pesos, si no es que millones, y al paso de tres meses regresaron de esos lugares los oficinistas, con todo y mudanza pagada., obviamente con recursos públicos.
Ahora está de moda la 3 de 3, que no es otra cosa que las vueltas al carrusel y acabar mareados con tantos números, pero que no nos conduce a ninguna parte.
Cero planeación en un país pobre, con todo y Teletón para cubrirse de gloria, pero sin ninguna medida económica de gran calado, cuando se afirma que la política lo condiciona todo.
Hasta Silvano Aureoles, gobernador de Michoacán, salta a la escena nacional, no en defensa de Enrique Peña Nieto, sino discursando la realidad; lo malo no solo daña la imagen del presidente en turno, nos daña a todos.
Y Ricardo Anaya se sabe culpable, en ese cinismo de defender lo indefendible. Ahora solicita ser investigado, con dos casas heredadas de su abuela, más la cuantiosa fortuna, suponemos de antojitos y aguas frescas de su acompañante.
Es mayúsculo el daño que le infieren a la confianza ciudadana, seguramente minando la esperanza, marginando desde ahora el voto de las mayorías; por eso repiten una y otra vez también las encuestas, esas que sabrá Dios dónde las realizan, pero les salen perfectas para quien las paga, un traje a la medida del contratista.
Dejemos el cinismo de Anaya, los tiempos ocupados para justificarse, ante un panismo que ha enmudecido, no sabiendo para donde pegar de carreras, si en la otra esquina se encuentran con el dúo Calderón-Zavala.
En primera línea
Hay protestas todos los días en el país, de todos tamaños, de lo que hasta usted lectora, lector, no se imagina.
Pero seguimos adoleciendo de protestar para vivir mejor; nos mueve la conciencia un cambio, un recambio; pero pocos se suman a esta causa natural de la existencia.