Si buscas la perfección, jamás estarás satisfecho.
León Tolstoi
Siempre será sano escuchar a gente de mayor edad, quienes por supuesto han vivido más que nosotros, en todos los sentidos. Las crisis recurrentes no se olvidan y hoy tienen más preguntas que respuestas.
La bondad y la maldad de los años en los contrastes, no tan naturales; los sobresaltos por las devaluaciones, la pérdida de la confianza en los políticos, y hasta en empresarios que llevaron a la quiebra a Mexicana de Aviación.
De lo que más nos quejamos, después de la inseguridad, es del desempleo, y no hay varas mágicas para darle oportunidades a cientos de miles que hoy ganan menos de un salario mínimo.
El subempleo nos invade; las mexicanas y los mexicanos somos ingeniosos. Intentamos vender de todo, cuando el hambre aprieta por las notables desigualdades.
Hoy no hay quien proponga, con absoluto compromiso, la creación de un número determinado de empleos, pero además pronunciando la fórmula para lograrlo.
Las promesas de campaña se terminan el miércoles. Dentro de 48 horas todos los suspirantes y aspirantes se guardan, no hay gente bonita, y si creo que la inmensa mayoría de la gente ama a su tierra que lo vio nacer.
Hacer algo con la palabra empeñada; nada nos resulta gratuito a éstas alturas de la vida. Cada vez nos cuesta más ubicarnos en el espacio y en el tiempo, para cumplirles a los hijos, en ese día a día de insospechadas necesidades.
La salud, educación, casa, vestido, porque de salidas y diversión, hace mucho tiempo que nos despedimos.
No existió en ningún momento quien nos llenara del todo; un independiente de dudosa connotación, más apegado al PRI, que el mismo Verde o Nueva Alianza.
Las campañas pasan por estrategias, que se retratan en su eficacia el día primero de julio, ni antes ni después.
Los asesoramientos pueden ser buenos o no tan buenos; las tendencias engañosas, suplantar la realidad, pero la gente que tienen convicciones y vota, no se le engaña con lecciones de último momento.
Somos propensos a cometer errores, a creernos lo que vemos, pero atrás de ese telón de alegorías varias, está una ruda expresión, dentro del universo de los que asisten a los cierres de campaña, a atestiguar y festejar antes de tiempo.
Unos ganan y otros pierden, pero el pueblo que elige en libertad tiene un escaso margen de probabilidad que mejore su situación actual.
Los últimos días todos los partidos inundan el buzón con propaganda en cantidad, hasta 10 volantes de un mismo candidato. Están tirando el dinero a la basura; eso debe prohibirse de una vez por todas.
Son las campañas una prueba de imaginación, pero también de esa confianza que deberán ganarse, lo que no se ha hecho en 50 años no se hará en los próximos tres.
Ahora mismo todo es ruido en las principales avenidas de la capital. Se siente desesperación en algunas delegaciones, no hay triunfo inminente, no hay quien asegure que dentro de seis días un solo partido se llevará todo.
No somos fatalistas. El ilusionismo antes nos ganaba, y nos enganchábamos en ese ir de un lado a otro como péndulos, para quedar al margen de las otras decisiones. Nunca más la palabra empeñada como argumento. Cumplir no es de todos los que participan.
En primera línea
Ayer domingo fuimos testigos del cierre de campaña de los aspirantes a cargos de elección popular del PRI-VERDE-PANAL en Ciudad del Carmen. Observamos una generación que debe dar paso a otra, y una más que tiene un futuro promisorio, si cumple lo que estuvo repitiendo durante 60 días.