Hoy hablamos sin censura alguna, nos expresamos en el quehacer de escribir con total libertad de conciencia, valoramos cada paso, los instantes de la existencia son parte de una travesía inolvidable, y ello es parte esencial del vivir.
Silencios prolongados, respeto al duelo, la muerte es sinónimo siempre de reflexión, aún no siendo parientes cercanos, ni amigos, sepultar no es olvidar, morir no es irse del todo, máxime cuando se arriesgó la vida misma en una lucha armada.
Hay opiniones a favor de lo realizado en Cuba no solo por Fidel Castro, pero también las hay en contra, solo quienes han vivido en carne propia de ese sistema socialista, que privilegia la educación y la salud, podrían exponernos y con matices por supuesto; lo vivido en poco más de 55 años.
Murió el Comandante Castro, un ser inteligente para la mayor parte de quienes se expresan de él, lo hicieron en sus años gloriosos, lo visitaron, platicaron, charlaron, intercambiaron puntos de vista, los otros; porque siempre hay otros, hablan en contra de una revolución libertadora de la opresión norteamericana.
Las cadenas de televisión mexicanas discursan de manera sesgada, hurgan en la isla de las opiniones en contra, les dan más tiempo, más espacios, le llaman dictador, como si ellos no lo fueran al excluir el sentir generalizado del cubano, del ser humano que perdió a su estandarte de lucha.
Siempre o casi siempre las nuevas generaciones no van a coincidir, porque nacieron en otros tiempos, circunstancias válidas que los hacen criticar al que llevó a Cuba a la excelencia en algunos campos del conocimiento científico.
Ha fallecido Fidel Castro, todo un revolucionario, al que México ayudó en su aventura, referente del Siglo XX, y después de la muerte de una figura emblemática, siempre hay un antes y un después.
Para unos hizo mucho daño, hablan de miseria y prostitución, pero olvidan que en mucho es ejemplo, nunca comparado con Chávez, Maduro u Ortega de Nicaragua.
La misma Unesco ha declarado que la educación cubana es un ejemplo para el mundo, hay que vivirlo para contarlo expresaría García Márquez, quien se reunió infinidad de veces con Fidel, el compañero de interminables historias, que no se entenderían hoy sin al menos leerlas.
Somos creyentes que todo se construye, nada se escribe antes de vivirse, el bloqueo comercial de los Estados Unidos nunca logró que los cubanos doblaran las manos, ante un capitalismo que tiene a la mayoría de los países en vías de desarrollo sumidos en el abandono y la explotación vía las cargas impositivas.
Muere un día como aquel de 1959 que zarpó del puerto de Tuxpan, para conquistar la libertad del pueblo cubano, y ahora vendrán un mar de incontables frases, síntoma inequívoco del gran hombre que fue.
Hoy la mayoría de los cubanos residentes en la isla están de luto, nueve días de duelo ha convocado el hermano de Fidel, heredero del poder político, tan solo cuatro años menor que el Comandante, a quien le queda poco para trabajar la transición democrática que desean los de siempre, el imperialismo que castiga los derechos humanos, pero de manera selectiva.
Silencio es el reflejo de una isla que hoy se siente huérfana, ya no estaba en el poder Fidel, pero sabían de su existencia, ya no decidía, pero físicamente se hacia sentir en todo un pueblo, donde los adultos mayores lo idolatran, los jóvenes lo veneran, y los menos lo criticarán, siempre porque nunca se van a acercar a él, ni en ideales ni en pensamiento.
Murió un referente del socialismo, la Unión de Repúblicas Socialistas y Soviéticas se transformó y Cuba sobrevivió, sus aliados fueron debilitados, Venezuela endeudado, Nicaragua con un dictador que también enarboló la bandera de una revolución para su pueblo, y hoy se eterniza en el poder por esa ambición desmedida, incontrolable en América Latina.
Una vez más vemos con recelo, un festejo impropio en los Estados Unidos, de cubanos e hijos de estos, festejando la muerte de un ser humano, que en su tiempo fue valorado, hoy hasta López Obrador acusa ignorancia al comparar al comandante Fidel Castro con Nelson Mandela, vaya aberración del tabasqueño, que con esto nos demuestra que es de ocurrencias, nada letrado, menos un estudioso de la historia del siglo XX.
Disparates al por mayor escucharemos en estos días, otros tantos se leerán, porque se trata de salir al tercio, como el excanciller Jorge Castañeda, un pobre iluso que vive en los Estados Unidos y desde ahí mira a México en su pequeña óptica. Peor imposible ante el mundo.
En primera línea
Mañana miércoles aterriza presuroso el último mes del año 2016, las nostalgias por los seres queridos idos llegarán, las tristezas se matizarán de alegrías y los tiempos se reducirán a vivirse.
No hay lugar para los rencores, menos las frustraciones, somos lo que deseamos fervientemente ser seres humanos probados en la adversidad y caminantes en una cuerda muy delgada sin estridencias.