Tu peor pecado es que te has destruido y te has traicionado por nada.
Fiodor Dostoievski

Dicen desde siempre que el cartero nunca llama dos veces, cuando de entregar misivas se trata, esas que dejaron de circular por el mundo de los viajes, los contrastes, las urgencias tal vez, en esos avatares de un destino impredecible.
Dicen que el hartazgo tarda en llegar, en las sutilezas de un discurso que es irresistible a los oídos, en la multitud que castiga al desafortunado, aquel como Santiago, que puede que haya equivocado la mejor función de su vida, en un escenario casi familiar, pero con invitados de alguna manera ubicados en otros ámbitos.

Mas información en la edición impresa…