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¿Y la otra pregunta?

No todos aquellos que viajan sin rumbo están perdidos. J. R. R Tolkien

Toda travesía implica retos. Tenemos muy claro que conforme pasan los mejores años, esos que se viven en la juventud, donde pareciera que tenemos el mundo a un costado, así como nuestros progenitores, que vaya que alientan nuestros sueños; habitamos procesos distintos.

En un abrir y cerrar de ojos nos vamos quedando solos, en las naturales ausencias que son parte de la existencia, las enfermedades, los sobresaltos, pero sobre todo el concurso de las sumatorias en las vivencias, alimentación, pero además sincronía entre lo que imaginamos y lo que logramos atrapar en la realidad.

Las llamadas nocturnas casi siempre son de malas noticias; los mensajes con esquelas en las redes sociales nos alborotan el fin de semana, porque aún con tiempo valioso transcurrido, no olvidamos el trato afable de quien se va a la eternidad sin despedirse.

Pocos ahora mismo festejan hasta sus cumpleaños; en lo particular la pandemia afectó el entorno de amistades, familiares distantes desde siempre; cada quien su vida dirían los clásicos; el teléfono celular nos ha hecho un tanto insensibles al dolor, a la pasión, al despliegue mediático de frases que en si no dicen mucho.

Estamos ante los últimos días del penúltimo mes de un año en los contrastes, en el encarecimiento de los productos de primera necesidad, una inflación galopante, sin aumentos sustantivos que nos hagan constatar que estamos en la ruta correcta.

La disciplina individual cuando los padres faltan es una asignatura en ascendente, porque estamos acostumbrados al paternalismo, al perdón, a la llamada de atención suave; en esos tiempos donde en un pueblo como Ciudad del Carmen todos nos conocíamos, nos reconocíamos, y hasta guardábamos la silla que dejaba el vecino cuando entraba a contestar su teléfono fijo que sonaba y olvidaba salir de nuevo.

Los años maravillosos, que le nombramos, donde aprendimos a hacer amistad con los mayores, ejemplo de mis tíos, que pasa de generación en generación; a respetar las platicas, donde el tema no es parte de nosotros, pero también a levantarnos de la mesa con una mirada.

Hoy son otros los actores y también los distractores; dejamos de sentirnos queridos por quienes pregonan la bondad; dejamos de lado la querencia, ante el insulto silencioso de la retirada; dejamos a pesar de las resistencias, de ofrecer la otra mejilla, nunca dimos la pauta para la primera ocasión.

Un siglo XXI sin matices, en blanco y negro las alboradas, en sepia el pensamiento en la vagancia, sin lograr atrapar mariposas blancas en otoño, esas que vuelan sin cesar alrededor de un jardín marchito, roto en la armonía de las tonalidades en verde.

Fue domingo ayer de ir de un lado a otro, un fin de semana de lecturas pendientes, y la preparación para el siguiente viaje, a un destino cierto y conocido, por esa oportunidad para escuchar lo que imaginamos, en un presente absurdo donde varios quedamos fuera de un futuro inmediato menos hostil.

Así como cometemos errores, ya en solitario, porque no tenemos al alcance la experiencia y la sapiencia de los padres, para lo sustantivo de la vida, el amor en un primerísimo lugar nos está haciendo falta; día a día consumimos energía, pero no sentimientos, los pensamientos al cerrar los ojos cada noche son de incertidumbre total.

Se acumulan los pendientes casi al final del año; otra vez dejamos inconclusos objetivos muy claros, pero no hay que perdernos. Una brújula en la sabiduría deberá guiarnos a ese puerto de abrigo que anhelamos.

Entretelones y escenarios alternos, la vida transcurre, con ese segundero de vanidades y realidades, que marca los segundos y enmarca los minutos de cada hora que ahogados en la pasión, hace del deseo un deleite entre el bien y el mal presagio.

En primera línea

Tiempos de reactivar la economía local, con el liderazgo del Consejo Coordinador Empresarial de Carmen. Las actividades se incrementan, los eventos reditúan resultados positivos.

Alejandro Fuentes tiene el pulso, las ideas y la convicción para enderezar el rumbo de las cosas, donde PEMEX es fundamental para desarrollarnos en crecimiento sostenido.

Mariano Espinosa Rafful.

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